Cuba: innovación a través de sinergia
Pese a sus problemas económicos y gracias al énfasis que ha puesto en la ciencia, desde la revolución de 1959, Cuba ha generado un sector biotecnológico de la salud (BS) altamente desarrollado.
El éxito de Cuba en el sector de la biotecnología de la salud
La vacuna contra la Meningitis B es considerado el avance más exitoso de la biotecnología cubana; la primera en su tipo en el planeta y desarrollada en los 80' a partir de investigaciones locales. Un ejemplo más reciente es la primera vacuna humana del mundo con un antígeno sintético para la Haemophilus influenzae tipo b.
Las vacunas son un punto fuerte. Hoy la investigación se enfoca en una fórmula recombinante para el dengue, otras preventivas y terapéuticas contra el SIDA, el cólera, y el cáncer. Además, hay productos naturales basados en la flora de la isla.
Aunque la isla inicialmente imitaba los productos extranjeros, como el interferón-alfa 2b (IFN-alfa), ya lleva tiempo priorizando lo interno. Lo demuestran los datos de la Oficina Europea de Patentes: los investigadores en Cuba han archivado unas 500 patentes de aplicaciones en el sector de la biotecnología de la salud, basadas en 200 invenciones. Cuba exporta productos biotecnológicos a más de 50 países, y además, la vacuna contra la Hepatitis B ha sido certificada por la OMS y precalificada para ser usada por las agencias de adquisición de la ONU.
Sin embargo, la biotecnología de la salud se ha centrado en desarrollar productos, más que en la investigación básica. Datos derivados de “Science Metrixs” (Montreal, Canadá) muestran que los documentos cubanos en publicaciones internacionales son modestos, aunque han aumentado lentamente en la última década.
Principales características del sector cubano
La biotecnología cubana de la salud ha logrado su nivel de desarrollo relativamente avanzado gracias a la visión de sus líderes políticos y su promoción permanente. El sector está conformado por instituciones públicas de investigación, que usualmente tienen ramificaciones comerciales involucradas en la manufacturación de productos.
Dado que los organismos están integrados por un estrecho control gubernamental del sistema nacional de salud y del sector de biotecnología, han sido estimulados tanto los tratamientos de costo efectivo como la colaboración entre los investigadores clínicos y básicos. La población, altamente educada, está dispuesta a participar en ensayos clínicos, facilitando el desarrollo de nuevos productos.
Gobierno
El gobierno de este país socialista ha sido el principal soporte para el desarrollo del sector: a comienzos de los 80', le dio una importancia estratégica a la biología moderna y a la biotecnología, estableciendo instituciones y creando un grupo interdisciplinario, el Frente Biológico, foro que integraba variados científicos, para explorar las posibilidades de Cuba.
Durante los 90', en el llamado Periodo Especial, el colapso de sus principales mercados en Europa Oriental y la antigua URSS, más el endurecimiento del embargo estadounidense traumatizaron la economía de la isla. Las importaciones se redujeron en un 50%, y el PIB decreció en un 30%. La reconstrucción económica aún está en proceso.
Sin embargo, el Gobierno siempre apoyó la biotecnología de la salud. El nivel de entonces fue visto como un recurso útil para mantener una población saludable (con la crisis, la ingesta calórica per cápita se redujo en un 24%).
Institutos de Investigación y Universidades
Los Institutos Públicos de Investigación (IPI) tienen un rol esencial en la salud en Cuba. Nacidos a fines de los 80', se concentran en campos definidos. La mayoría de los IPI están en el Polo Científico de Habana Occidental, junto a las instituciones de educación superior y los hospitales, todos enlazados desde comienzos de los 90', para integrar ciencia, educación y salud.
En los IPI se concentra la investigación y el desarrollo, mantienen casi todas las patentes cubanas del campo, y sus científicos son quienes más publican. Destaca el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, la institución más importante del campo.
Muchos IPI son de ciclo cerrado, o sea, cubren investigación, desarrollo, producción, control de calidad y comercialización de los productos finales. Además, muchos tienen ramas comerciales, como una compañía asociada. Por ejemplo, Heber Biotec de La Habana, es la rama comercial de CIGB, y vende productos a más de 40 países, o Laboratorios Dalmer de La Habana, corresponde al Centro Nacional de Investigaciones Científicas. Estas ramas se asocian con compañías extranjeras.
Desde la revolución de 1959, el nivel educacional del país ha crecido sustancialmente, de manera que a fines de los 90', era casi igual al de los miembros de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (París); y era más alta que la de economías emergentes como Taiwán y Chile.
La colaboración entre los IPI y las instituciones educativas es permanente. Por ejemplo, los investigadores de la Facultad de Química de la Universidad de la Habana, hicieron un aporte fundamental para la vacuna sintética contra la Haemophilus influenzae tipo b.
Sistema de salud
La revolución se propuso una mejor salud para la población y un sistema de acceso universal a ella. Y lo logró: su estado de salud ha mejorado sustancialmente desde entonces, y su esperanza de vida es de 76.7 años.
Mejorar la salud de los cubanos es el principal objetivo de su biotecnología. Los fondos gubernamentales para desarrollar productos del sector y para el sistema de distribución de salud, son incentivos para buscar soluciones de costo eficiente, como las vacunas. Además, el sector está creciendo hacia las exportaciones.
Ambos sectores, el clínico y la investigación, están involucrados. Por ejemplo, el Instituto de Investigación Pedro Kourí de Enfermedades Tropicales, en La Habana, incorpora un hospital, y ensayos clínicos para todas las vacunas locales. Un director de investigaciones en un IPI dice “tenemos retroalimentación de los ensayos clínicos al laboratorio, esto no es un proceso lineal, el ciclo es una buena base para el pensamiento innovador y ha mejorado definitivamente nuestros productos”.
Principales retos para el desarrollo
Ya que Cuba no es capitalista, necesita nuevas formas para estimular las licencias y comercialización. Las dificultades para que crezca el sector están por el lado fiscal, su acceso limitado a créditos internacionales, una gran deuda subordinada y el aislamiento de Estados Unidos. La política estadounidense de excluir a Cuba de la comunidad internacional limita el acceso de los científicos cubanos al equipamiento, los materiales y reactivos, y su interacción con colegas no cubanos.
Necesidad de mejorar líneas de tiempo y comercialización
Para ampliar su competitividad y productividad, el sector necesita acelerar el desarrollo de productos, para que las terapias, vacunas y otras aplicaciones entren más rápido al mercado. Ello podría lograrse involucrando más a las IPI.
También es necesario promover una mayor comercialización internacional, pese a que algunos expertos la critican. Como un experto cubano dice "la organización capitalista es extraña a nosotros, como lo es el sentido completo de la aventura capital. Es difícil entenderla y tenemos que ser innovadores en adecuarla con nuestra estructura".
Falta de fondos y el embargo comercial estadounidense
A pesar del poderoso compromiso gubernamental, el sector de la biotecnología de la salud de Cuba carece de recursos financieros. La economía de la isla es problemática; su estabilización es más difícil que la de Europa Occidental, pues tiene un acceso limitado al crédito internacional. Sumémosle el embargo comercial y la deuda externa.
Veamos Estados Unidos: Cuba está obligada a importar equipos de investigación de otros países, lo que sube los costos. Además, para los científicos cubanos es muy difícil obtener visas para asistir a conferencias allí. Más encima, pocos documentos cubanos son elegidos para publicaciones estadounidenses, pese a que el departamento del Tesoro de ese país lo permite desde abril de 2004. Y como la biotecnología de la salud, a nivel global, es dominada por firmas norteamericanas, Cuba tiene menos opciones para desarrollar aventuras conjuntas.
Lavado de cerebro
Debido al lavado de cerebro, los expatriados cubanos tienen una menor disposición para ayudar a la isla que los expertos que emigran de cualquier otra nación en desarrollo.
Conclusiones
Tres pilares: salud, educación y ciencia. El excepcional desarrollo del sector biotecnológico del país, se debe a la perspectiva del gobierno y su continua preocupación. Por las condiciones externas, la biotecnología del cuidado de la salud en Cuba ha tenido que ser más autosuficiente y sus instituciones de investigación han debido colaborar entre ellas.
Hay 4 lecciones evidentes de esta construcción de un sector biotecnológico sin la presencia de una fuente de capital de riesgo.
Visión gubernamental a largo plazo y coherencia política
Una clave del éxito cubano es la visión gubernamental a largo plazo, para apoyar el sector, incluso si esa inversión no pareciera producir beneficios a corto plazo. Toma mucho tiempo desarrollar y probar los productos de la biotecnología de la salud y muchos caminos prometedores son ineficientes o tienen efectos colaterales nocivos. El gobierno cubano comenzó a apoyar el sector a comienzos de los 80 y no dejó de hacerlo, esta coherencia política es esencial.
Promoción de la integración doméstica para estimular la innovación
Los cubanos han promovido el sector desarrollando una infraestructura de investigaciones, apoyado en poderosos sistemas de educación y salud. Y mientras el sector crecía, tuvo acceso a una fuerza de trabajo educada y un sistema de salud público de buen funcionamiento.
Los principales hospitales son socios del grupo de biotecnología de la salud y el grupo tiene usuarios y productores de biotecnología de la salud. O sea, el potencial científico puede ser comunicado a la gente que tiene experiencia de primera mano con los problemas de salud local, algo vital para la innovación. Además, los cubanos han sido vanguardistas al promover grupos de desarrollo, como el Polo Científico de La Habana occidenta.
Capitalización sobre relaciones internacionales
Las relaciones internacionales también han sido importantes. A nivel comercial, generaron firmas privadas, como Finlay Vacunas, que tiene un acuerdo con GlaxoSmithKline (Brentford, Reino Unido) para producir y distribuir las vacunas para la meningitis en Europa y Norteamérica, droga que se puede incluso vender en USA. Otras alianzas son CIGB - Panacea Biotec (Nueva Delhi) para manufacturar la vacuna contra la Hepatitis B.
La explotación del orgullo nacional
El orgullo nacional y el ímpetu para probar que el sistema político en Cuba trabaja bien son otros aspectos importantes del sistema de biotecnología cubana. O sea, el sistema de salud no falla.
A nivel individual, la biotecnología de la salud llena de orgullo a quienes ven a su pobre país avanzando en un sector tan científicamente intensivo como ese. Como dijo un científico cubano “siento que, como producto del sistema cubano, tengo que dar algo de vuelta. Me siento muy orgulloso de eso, gracias a mi trabajo, la gente que está enferma es tratada. Debiéramos usar nuestros principios en la vida profesional y aplicar nuestro conocimiento”. Existe una visión nacional de la salud enfocada en los logros de la comunidad y el funcionamiento de todo el sistema, y no en las ventajas individuales. Podemos ver cómo la políticas y las normas sociales influencian la innovación.
Fuente: bioquimica.cl
Referencia
Thorsteinsdóttir, H et al. 2004. Nature Biotechnology 22 (Supplement): DC19-24.
Pese a sus problemas económicos y gracias al énfasis que ha puesto en la ciencia, desde la revolución de 1959, Cuba ha generado un sector biotecnológico de la salud (BS) altamente desarrollado.
El éxito de Cuba en el sector de la biotecnología de la salud
La vacuna contra la Meningitis B es considerado el avance más exitoso de la biotecnología cubana; la primera en su tipo en el planeta y desarrollada en los 80' a partir de investigaciones locales. Un ejemplo más reciente es la primera vacuna humana del mundo con un antígeno sintético para la Haemophilus influenzae tipo b.
Las vacunas son un punto fuerte. Hoy la investigación se enfoca en una fórmula recombinante para el dengue, otras preventivas y terapéuticas contra el SIDA, el cólera, y el cáncer. Además, hay productos naturales basados en la flora de la isla.
Aunque la isla inicialmente imitaba los productos extranjeros, como el interferón-alfa 2b (IFN-alfa), ya lleva tiempo priorizando lo interno. Lo demuestran los datos de la Oficina Europea de Patentes: los investigadores en Cuba han archivado unas 500 patentes de aplicaciones en el sector de la biotecnología de la salud, basadas en 200 invenciones. Cuba exporta productos biotecnológicos a más de 50 países, y además, la vacuna contra la Hepatitis B ha sido certificada por la OMS y precalificada para ser usada por las agencias de adquisición de la ONU.
Sin embargo, la biotecnología de la salud se ha centrado en desarrollar productos, más que en la investigación básica. Datos derivados de “Science Metrixs” (Montreal, Canadá) muestran que los documentos cubanos en publicaciones internacionales son modestos, aunque han aumentado lentamente en la última década.
Principales características del sector cubano
La biotecnología cubana de la salud ha logrado su nivel de desarrollo relativamente avanzado gracias a la visión de sus líderes políticos y su promoción permanente. El sector está conformado por instituciones públicas de investigación, que usualmente tienen ramificaciones comerciales involucradas en la manufacturación de productos.
Dado que los organismos están integrados por un estrecho control gubernamental del sistema nacional de salud y del sector de biotecnología, han sido estimulados tanto los tratamientos de costo efectivo como la colaboración entre los investigadores clínicos y básicos. La población, altamente educada, está dispuesta a participar en ensayos clínicos, facilitando el desarrollo de nuevos productos.
Gobierno
El gobierno de este país socialista ha sido el principal soporte para el desarrollo del sector: a comienzos de los 80', le dio una importancia estratégica a la biología moderna y a la biotecnología, estableciendo instituciones y creando un grupo interdisciplinario, el Frente Biológico, foro que integraba variados científicos, para explorar las posibilidades de Cuba.
Durante los 90', en el llamado Periodo Especial, el colapso de sus principales mercados en Europa Oriental y la antigua URSS, más el endurecimiento del embargo estadounidense traumatizaron la economía de la isla. Las importaciones se redujeron en un 50%, y el PIB decreció en un 30%. La reconstrucción económica aún está en proceso.
Sin embargo, el Gobierno siempre apoyó la biotecnología de la salud. El nivel de entonces fue visto como un recurso útil para mantener una población saludable (con la crisis, la ingesta calórica per cápita se redujo en un 24%).
Institutos de Investigación y Universidades
Los Institutos Públicos de Investigación (IPI) tienen un rol esencial en la salud en Cuba. Nacidos a fines de los 80', se concentran en campos definidos. La mayoría de los IPI están en el Polo Científico de Habana Occidental, junto a las instituciones de educación superior y los hospitales, todos enlazados desde comienzos de los 90', para integrar ciencia, educación y salud.
En los IPI se concentra la investigación y el desarrollo, mantienen casi todas las patentes cubanas del campo, y sus científicos son quienes más publican. Destaca el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, la institución más importante del campo.
Muchos IPI son de ciclo cerrado, o sea, cubren investigación, desarrollo, producción, control de calidad y comercialización de los productos finales. Además, muchos tienen ramas comerciales, como una compañía asociada. Por ejemplo, Heber Biotec de La Habana, es la rama comercial de CIGB, y vende productos a más de 40 países, o Laboratorios Dalmer de La Habana, corresponde al Centro Nacional de Investigaciones Científicas. Estas ramas se asocian con compañías extranjeras.
Desde la revolución de 1959, el nivel educacional del país ha crecido sustancialmente, de manera que a fines de los 90', era casi igual al de los miembros de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (París); y era más alta que la de economías emergentes como Taiwán y Chile.
La colaboración entre los IPI y las instituciones educativas es permanente. Por ejemplo, los investigadores de la Facultad de Química de la Universidad de la Habana, hicieron un aporte fundamental para la vacuna sintética contra la Haemophilus influenzae tipo b.
Sistema de salud
La revolución se propuso una mejor salud para la población y un sistema de acceso universal a ella. Y lo logró: su estado de salud ha mejorado sustancialmente desde entonces, y su esperanza de vida es de 76.7 años.
Mejorar la salud de los cubanos es el principal objetivo de su biotecnología. Los fondos gubernamentales para desarrollar productos del sector y para el sistema de distribución de salud, son incentivos para buscar soluciones de costo eficiente, como las vacunas. Además, el sector está creciendo hacia las exportaciones.
Ambos sectores, el clínico y la investigación, están involucrados. Por ejemplo, el Instituto de Investigación Pedro Kourí de Enfermedades Tropicales, en La Habana, incorpora un hospital, y ensayos clínicos para todas las vacunas locales. Un director de investigaciones en un IPI dice “tenemos retroalimentación de los ensayos clínicos al laboratorio, esto no es un proceso lineal, el ciclo es una buena base para el pensamiento innovador y ha mejorado definitivamente nuestros productos”.
Principales retos para el desarrollo
Ya que Cuba no es capitalista, necesita nuevas formas para estimular las licencias y comercialización. Las dificultades para que crezca el sector están por el lado fiscal, su acceso limitado a créditos internacionales, una gran deuda subordinada y el aislamiento de Estados Unidos. La política estadounidense de excluir a Cuba de la comunidad internacional limita el acceso de los científicos cubanos al equipamiento, los materiales y reactivos, y su interacción con colegas no cubanos.
Necesidad de mejorar líneas de tiempo y comercialización
Para ampliar su competitividad y productividad, el sector necesita acelerar el desarrollo de productos, para que las terapias, vacunas y otras aplicaciones entren más rápido al mercado. Ello podría lograrse involucrando más a las IPI.
También es necesario promover una mayor comercialización internacional, pese a que algunos expertos la critican. Como un experto cubano dice "la organización capitalista es extraña a nosotros, como lo es el sentido completo de la aventura capital. Es difícil entenderla y tenemos que ser innovadores en adecuarla con nuestra estructura".
Falta de fondos y el embargo comercial estadounidense
A pesar del poderoso compromiso gubernamental, el sector de la biotecnología de la salud de Cuba carece de recursos financieros. La economía de la isla es problemática; su estabilización es más difícil que la de Europa Occidental, pues tiene un acceso limitado al crédito internacional. Sumémosle el embargo comercial y la deuda externa.
Veamos Estados Unidos: Cuba está obligada a importar equipos de investigación de otros países, lo que sube los costos. Además, para los científicos cubanos es muy difícil obtener visas para asistir a conferencias allí. Más encima, pocos documentos cubanos son elegidos para publicaciones estadounidenses, pese a que el departamento del Tesoro de ese país lo permite desde abril de 2004. Y como la biotecnología de la salud, a nivel global, es dominada por firmas norteamericanas, Cuba tiene menos opciones para desarrollar aventuras conjuntas.
Lavado de cerebro
Debido al lavado de cerebro, los expatriados cubanos tienen una menor disposición para ayudar a la isla que los expertos que emigran de cualquier otra nación en desarrollo.
Conclusiones
Tres pilares: salud, educación y ciencia. El excepcional desarrollo del sector biotecnológico del país, se debe a la perspectiva del gobierno y su continua preocupación. Por las condiciones externas, la biotecnología del cuidado de la salud en Cuba ha tenido que ser más autosuficiente y sus instituciones de investigación han debido colaborar entre ellas.
Hay 4 lecciones evidentes de esta construcción de un sector biotecnológico sin la presencia de una fuente de capital de riesgo.
Visión gubernamental a largo plazo y coherencia política
Una clave del éxito cubano es la visión gubernamental a largo plazo, para apoyar el sector, incluso si esa inversión no pareciera producir beneficios a corto plazo. Toma mucho tiempo desarrollar y probar los productos de la biotecnología de la salud y muchos caminos prometedores son ineficientes o tienen efectos colaterales nocivos. El gobierno cubano comenzó a apoyar el sector a comienzos de los 80 y no dejó de hacerlo, esta coherencia política es esencial.
Promoción de la integración doméstica para estimular la innovación
Los cubanos han promovido el sector desarrollando una infraestructura de investigaciones, apoyado en poderosos sistemas de educación y salud. Y mientras el sector crecía, tuvo acceso a una fuerza de trabajo educada y un sistema de salud público de buen funcionamiento.
Los principales hospitales son socios del grupo de biotecnología de la salud y el grupo tiene usuarios y productores de biotecnología de la salud. O sea, el potencial científico puede ser comunicado a la gente que tiene experiencia de primera mano con los problemas de salud local, algo vital para la innovación. Además, los cubanos han sido vanguardistas al promover grupos de desarrollo, como el Polo Científico de La Habana occidenta.
Capitalización sobre relaciones internacionales
Las relaciones internacionales también han sido importantes. A nivel comercial, generaron firmas privadas, como Finlay Vacunas, que tiene un acuerdo con GlaxoSmithKline (Brentford, Reino Unido) para producir y distribuir las vacunas para la meningitis en Europa y Norteamérica, droga que se puede incluso vender en USA. Otras alianzas son CIGB - Panacea Biotec (Nueva Delhi) para manufacturar la vacuna contra la Hepatitis B.
La explotación del orgullo nacional
El orgullo nacional y el ímpetu para probar que el sistema político en Cuba trabaja bien son otros aspectos importantes del sistema de biotecnología cubana. O sea, el sistema de salud no falla.
A nivel individual, la biotecnología de la salud llena de orgullo a quienes ven a su pobre país avanzando en un sector tan científicamente intensivo como ese. Como dijo un científico cubano “siento que, como producto del sistema cubano, tengo que dar algo de vuelta. Me siento muy orgulloso de eso, gracias a mi trabajo, la gente que está enferma es tratada. Debiéramos usar nuestros principios en la vida profesional y aplicar nuestro conocimiento”. Existe una visión nacional de la salud enfocada en los logros de la comunidad y el funcionamiento de todo el sistema, y no en las ventajas individuales. Podemos ver cómo la políticas y las normas sociales influencian la innovación.
Fuente: bioquimica.cl
Referencia
Thorsteinsdóttir, H et al. 2004. Nature Biotechnology 22 (Supplement): DC19-24.
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